Capítulo 1
LA NUEVA OLA
Hermanos, sed pacientes hasta la venida del Señor. He aquí, el labrador espera el fruto precioso de la tierra, y lo espera con mucha paciencia hasta recibir la lluvia temprana y la tardía.
Sed también vosotros pacientes; confirmad vuestros corazones, porque la venida del Señor se acerca.
-Santiago 5: 7-8
Santiago está hablando aquí de la segunda venida. Por supuesto, Jesús es el labrador. Él no ha venido todavía, eso es bastante obvio, entonces Él está esperando por una razón u otra, ¿no es así? ¿Qué le impide venir?
Las Escrituras nos dicen por qué está esperando y qué está esperando. Está esperando “el fruto precioso de la tierra... hasta que reciba la lluvia temprana y tardía". ("El fruto precioso de la tierra" significa una cosecha).
Jesús aún no ha recibido la cosecha que está por venir; Aún no ha recibido la plenitud de la lluvia temprana y tardía. Pero creo que Jesús vendrá de nuevo.
Jesús dijo que vendrá de nuevo.
Los ángeles dijeron Él viene otra vez.
La Palabra de Dios enseña que ÉL vendrá de nuevo. Tenemos un servicio todos los miércoles por la noche en el Centro de Entrenamiento Bíblico RHEMA, y cada vez que he estado allí para llevarlo a cabo, he usado esta Escritura de Santiago. No puedo dejar de eso. De hecho, algunas noches cuando estaba listo para despedirme, el Espíritu Santo decía: "Bueno, no leíste Santiago 5:7 y oraste, así que hazlo". Lo hice. Aprendí hace mucho tiempo que vale la pena obedecer a Dios.
Muchos han preguntado: “¿Se acerca una nueva ola? ¿Estamos en esa ola ahora? ¿Hay más por venir?" Personalmente, creo que entramos en la nueva ola en 1982. Ciertamente, hay más por venir.
Nuestro texto habla de "la lluvia temprana y tardía". Otra referencia es Zacarías 10:1: “Pedid al Señor lluvia en el tiempo de la lluvia tardía; así el Señor hará nubes brillantes, y les dará [o les enviará] aguaceros de lluvia a cada uno con hierba en el campo".
Entre otras cosas, la lluvia tipifica un refresco o una bendición. Santiago escribió esta carta a los cristianos hebreos, que sabían de las lluvias de Israel. La lluvia temprana (o “anterior”) ocurre en noviembre, después de la cosecha de otoño, para preparar la tierra para la siembra futura. La lluvia tardía, por supuesto, llegó en la primavera, antes de la cosecha, para madurar la cosecha.
En tiempos pasados, hemos escuchado predicaciones y enseñanzas sobre la oscuridad que cubrirá la tierra en los últimos días, pero creo que la gente se olvida del resto de esta profecía:
ISAÍAS 60: 1-3
1 Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria del Señor ha nacido sobre ti.
2 Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y tinieblas los pueblos; mas sobre ti nacerá Jehová, y sobre ti será vista su GLORIA.
3 Y los gentiles saldrán a tu luz. . .
Isaías realmente está profetizando sobre el glorioso acceso de los gentiles a la Iglesia. Viene una manifestación de Su gloria, dice Isaías.
En Hechos 2, Pedro predicó un sermón el día de Pentecostés, refiriéndose al Señor Jesucristo y Su resurrección. Pero en Hechos 3, el mensaje de Pedro llega hasta el fin de los tiempos; es un mensaje que se aplica a nosotros.
En el versículo 19 dijo: “Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, cuando LOS TIEMPOS DE REFRIGERIO vendrán de la presencia del Señor".
La American Standard Version da una mejor traducción: “Por tanto, arrepentíos y volveos, para que sean borrados vuestros pecados, para que vengan tiempos de refrigerio de la presencia del Señor".
Sigamos leyendo en Hechos:
HECHOS 3: 20.21
20 Y enviará a Jesucristo, que antes os fue predicado:
21 a quien los cielos deben recibir hasta EL TIEMPO DE LA RESTAURACIÓN de todas las cosas, que Dios ha dicho por boca de todos sus santos profetas desde el principio del mundo.
Encontrará que la palabra griega traducida como “restitución” en el versículo 21 también se puede traducir como “restauración”, y se lee de esa manera en muchas traducciones.
Note que Pedro relacionó los tiempos de refrigerio (a menudo los llamamos "avivamientos") con la Segunda Venida de Cristo.
Por lo tanto, Pedro nos enseñó que los tiempos de refrigerio vendrían de la presencia del Señor en el tiempo del regreso del Señor.
Así que hay dos cosas a tener en cuenta: (1) tiempos de refrigerio y (2) tiempos de restauración. Este pasaje de Hechos nos enseña que justo antes de la segunda venida del Señor, experimentaremos ambos.
Algunos preguntarán qué quiero decir con "restauración". Me refiero a la restauración del poder de Cristo, la restauración de la autoridad de Cristo y la restauración del carácter de Cristo. Dios quiere que estas tres características se manifiesten en la vida de la Iglesia y en la vida de los cristianos individuales.
Cristo es la Cabeza de la Iglesia. Somos el cuerpo. Sabes que tu cabeza no puede ejercer ninguna autoridad excepto a través de tu cuerpo, por lo que Jesús no va a ejercer personalmente ninguna autoridad en la tierra excepto a través de Su Iglesia. Jesús lleva a cabo su obra a través de la Iglesia, pero los miembros de la Iglesia han sido tan débiles que no han reconocido la autoridad y el poder de la Cabeza, la autoridad que les pertenece.
Hay muchas cosas que el Señor quiere hacer, y ha estado tratando de hacer, para muchas personas, ¡pero no se lo permiten! (Discuto este tema en detalle en mi libro La autoridad del creyente).
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