Siete Pasos para Reconocer si una Profecia viene de Dios o No - Paso 2

Paso 2

¿Glorifica a Cristo?

El segundo paso para juzgar la profecía es: "¿Glorifica a Cristo?"

Jesús, hablando del Espíritu Santo, dijo: "Él me glorificará..." (Juan 16:14). Y lo hará, ¿no es así? Veamos algunas Escrituras a lo largo de esta línea.

APOCALIPSIS 19:10

10 Y me postré a sus pies para adorarlo. Y me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús; adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía.

Si el profeta tiene razón y si la profecía es correcta, testificarán de Jesús. Sin embargo, si llama la atención sobre el hombre, está mal, porque Jesús dijo: "Él me glorificará".

En 1 Corintios 12:3, Pablo escribió bajo la inspiración del Espíritu Santo: "Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios, llama anatema a Jesús; y que nadie puede decir que Jesús es el Señor, sino por el Espíritu Santo".

No saque ese versículo de contexto, porque cualquiera podría decir simplemente de su mente: "Jesús es el Señor". Recuerde que Pablo dijo en el primer versículo de este capítulo: "No quiero que ignoren los dones espirituales". Por lo tanto, lo que está diciendo en contexto es que cuando los dones espirituales, incluida la profecía, están en funcionamiento, la manifestación convertirá a Jesús en el Señor.

1 JUAN 4: 1,2

1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.

2 En esto conocéis el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios.

Nuevamente se mencionan los falsos profetas. Si hubo falsos profetas en el tiempo de la Iglesia Primitiva, hay falsos profetas ahora. En el versículo 2 notamos nuevamente que si la profecía es de Dios, apunta a Jesús. Por lo tanto, podemos juzgar tanto al profeta como a la profecía según su actitud hacia Jesús. Si se alejan de Él o crean división en el Cuerpo de Cristo, están equivocados. Si magnifican al hombre en lugar de a Cristo, están equivocados.