viernes, 18 de diciembre de 2015

¿Para quien fueron escritos los 10 mandamientos?


La gente anda muy confundida respecto a la ley y los 10 mandamientos, piensan que fueron dados para todos pero la Biblia nos enseña algo totalmente diferente.

Veamos lo que dice Deuteronomio 5

Deuteronomio 5:1-3
1 Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra.
2 Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb.
3 No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos.

Moisés está diciendo que el pacto lo hizo con ellos en Horeb; con todos los que estaban vivos en ese lugar; es decir, con el pueblo de Israel que había salido de Egipto.

Lo más interesante es lo que dice aquí, que este pacto lo hizo con ellos y no con sus padres. ¿Quienes eran estos padres? Abraham, Isaac, Jacob y la descendencia que siguió hasta ellos.

En Romanos 5 encontramos algo interesante:

Romanos 5:12-14
12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.
14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.

Es  interesante ver que el verso 13 habla de un periodo en el mundo en el que no hubo ley; y en el verso 14 nos muestra que fue desde Adán hasta Moisés.

Eso va de acuerdo con Deuteronomio 5 que dice que fue un pacto que no conocieron los padres; que en este caso se refiere a Abraham, Isaac y Jacob.

Pero de que pacto nos está hablando; sigamos con Deuteronomio 5 para poder entender:

Deuteronomio 5:4-21
4 Cara a cara habló Jehová con vosotros en el monte de en medio del fuego.
5 Yo estaba entonces entre Jehová y vosotros, para declararos la palabra de Jehová; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al monte. Dijo:
6 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
7 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
8 No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
9 No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
10 y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
11 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque Jehová no dará por inocente al que tome su nombre en vano.
12 Guardarás el día de reposo[a] para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado.
13 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;
14 mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú.
15 Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.
16 Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
17 No matarás.
18 No cometerás adulterio.
19 No hurtarás.
20 No dirás falso testimonio contra tu prójimo.
21 No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

Está hablando de los 10 mandamientos, este pacto, conocido como el Antiguo Pacto fue hecho entre Dios e Israel, con Moisés como mediador.

El verso 22 nos dice: "Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí."

A menudo me dicen los legalistas que Moisés tuvo dos clases de leyes, las morales y las ceremoniales, y que las morales son las eternas porque fueron escritas con el dedo de Dios. Pero este pasaje nos muestra que esa leyes fueron exclusivas del Antiguo Pacto entre Dios e Israel.

Es muy sencillo de ver y entender en este pasaje.

Hace uno días uno adventistas me dijeron que Dios ordenaba guardar el sábado a los creyentes utilizando Ezequiel 20: 

Ezequiel 20:19-20
19 Yo soy Jehová vuestro Dios; andad en mis estatutos, y guardad mis preceptos, y ponedlos por obra;
20 y santificad mis días de reposo,[d] y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios.

Un pasaje que pareciera darles razón a sus pretensiones, pero el problema para ellos es que siempre veo el contexto de los pasajes que me citan, pues un texto sin contexto no es nada más que un pretexto y jamás un punto doctrinal.

Así que al revisar me di cuenta que me habían dado otra arma para refutar sus opiniones:

Ezequiel 20:4-18
4 ¿Quieres tú juzgarlos? ¿Los quieres juzgar tú, hijo de hombre? Hazles conocer las abominaciones de sus padres,
5 y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: El día que escogí a Israel, y que alcé mi mano para jurar a la descendencia de la casa de Jacob, cuando me di a conocer a ellos en la tierra de Egipto, cuando alcé mi mano y les juré diciendo: Yo soy Jehová vuestro Dios;
6 aquel día que les alcé mi mano, jurando así que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que les había provisto, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras;
7 entonces les dije: Cada uno eche de sí las abominaciones de delante de sus ojos, y no os contaminéis con los ídolos de Egipto. Yo soy Jehová vuestro Dios.
8 Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme; no echó de sí cada uno las abominaciones de delante de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto.
9 Con todo, a causa de mi nombre, para que no se infamase ante los ojos de las naciones en medio de las cuales estaban, en cuyos ojos fui conocido, actué para sacarlos de la tierra de Egipto.
10 Los saqué de la tierra de Egipto, y los traje al desierto,
11 y les di mis estatutos, y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá.
12 Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.
13 Mas se rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis estatutos, y desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá; y mis días de reposo profanaron en gran manera; dije, por tanto, que derramaría sobre ellos mi ira en el desierto para exterminarlos.
14 Pero actué a causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado.
15 También yo les alcé mi mano en el desierto, jurando que no los traería a la tierra que les había dado, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras;
16 porque desecharon mis decretos, y no anduvieron en mis estatutos, y mis días de reposo[c] profanaron, porque tras sus ídolos iba su corazón.
17 Con todo, los perdonó mi ojo, pues no los maté, ni los exterminé en el desierto;
18 antes dije en el desierto a sus hijos: No andéis en los estatutos de vuestros padres, ni guardéis sus leyes, ni os contaminéis con sus ídolos.

En este pasaje vemos que tanto los 10 mandamientos, como el día de reposo fueron dados a Israel a través de Moisés.

No hay motivo para que nos impongan los 10 mandamientos como una norma de vida para mantener nuestra salvación, la ley de Moisés no nos pertenece, estamos en un mejor pacto basado en mejores promesas (Hebreos 8:6).

Así que no se dejen engañar por estas sectas, la ley, los 10 mandamientos y el sábado fueron exclusivos para la nación de Israel,





18 comentarios:

  1. ¿DESDE CUANDO EXISTE LA LEY DE DIOS?
    Cuando Dios entregó la Ley en el monte Sinaí ya hacían 2500 años que el hombre existía y, al parecer, la humanidad ha llegado a creer que Dios solo dio los Diez mandamientos y lo inventó Moisés para Israel, el invento de Moisés, nuestro Señor Jesús lo dejó clavado en la cruz, en otras palabras, hoy no existe la ley. Discutir eso no tiene caso, las cosas de Dios solo se entienden si tenemos el Espíritu de Dios:
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  2. Cuando Dios creó al hombre simplemente lo hizo, en ese momento no era mortal ni inmortal, pero como Dios es eterno sus preceptos son también eternos, de manera que esta mecánica de existencia que hemos visto en primer lugar, ya era con Dios antes que nada existiera ya estaba escrito, por decirlo de alguna manera, que si el hombre (su Obra) no respondía a sus propósitos iba a perecer y así fue, el hombre trasgredió un principio de la ley implícita en la razón de su existencia y la muerte fue la consecuencia; entonces la Ley de Dios siempre ha existido y continuará existiendo por siempre jamás. Ni los judíos, ni Moisés tienen que ver con su existencia.
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  3. Bastaría entender el significado del término para que no tuviéramos que estar buscando argumentos para aceptar su existencia. La Real Academia de La Lengua Española define este término de la siguiente manera: “Ley es el conjunto de ordenanzas, principios y normas por las cuales se rigen las personas y las cosas según su origen”. Ahora bien, si los cristianos entendemos que Dios es nuestro Creador, es lógico que sus leyes rijan nuestras vidas como también es lógico que aceptemos que las leyes de Dios existen desde el principio mismo del origen del Hombre en el Planeta. Pues de otra manera ¿Cómo podemos explicar que Dios haya visto con buenos ojos la ofrenda de Abel y no la ofrenda de Caín?
    Analicemos esta situación, para llegar a otra conclusión importante respecto a la ley de Dios, en Génesis 4:3-8: “…Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató...”. Por supuesto nuestro justo Dios, si no existía la Ley, no habría condenado de ninguna manera el asunto de la falta de prolijidad del sacrificio de Caín o el fratricidio de Abel; 25 siglos más tarde en el libro de Levítico la Ley explicarían que cuando se ofrecen a Dios ofrenda de animales en holocaustos, debía ofrecerse “primogénitos”; y cuando se ofrecían los frutos de la tierra debían ser solo “primicias”. El relato de Génesis 4, concuerda con que el presente de Abel fue de los “primogénitos”, más el presente de Caín no coincide con esta demanda, de modo que ellos debían estar enterados qué y cómo se debía ofrendar delante de Dios.

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  4. Ahora bien, si este ejemplo no queda claro para afirmar que la Ley de Dios existe desde el principio del mundo, leamos ahora, en el libro del Génesis, capítulo 7, del versículo1 al 3: “Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; más de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra…”. Hasta esta altura del relato bíblico, no existe ningún judío sobre la tierra y en ninguna parte se consigna alguna orden respecto a que existan animales limpios u animales inmundos; sin embargo, el versículo 5 señala que: “…E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová…”. Después de salir del arca, Noé hizo un altar y sacrificó de todo animal limpio y toda ave limpia una innegable muestra que este principio divino era conocido por el patriarca.
    Estos dos ejemplos nos hacen ver que la Ley Dios existía desde el mismo memento de la creación del hombre. De lo contario, ¿cómo explicamos la condena de Caín si el mandamiento “No Matarás” aún no existía? Si el pecado es la infracción de la ley (1ª Juan 3:4) y no habiendo ley, el pecado no existe (Romanos 4:15), cómo pudo Dios acusar al mundo antiguo de pecado y condenarlo en el Diluvio cuando, no habiendo ley, el pecado no existe? Este simple razonamiento nos demuestra que desde la aparición del género humano en el mundo existe la ley de Dios.

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  5. Cuatro siglos antes de la data de la Ley en el Monte Sinaí Dios le hablan a Isaac en los siguientes términos: “…Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes…” (Génesis 26:3-5).
    En el capítulo 15 del libro del Génesis, una interesante situación que nuevamente nos aporta un antecedente en la misma línea anterior. Dios le promete una gran descendencia y cuando Abraham le pide una suerte de prueba respecto a su promesa; Dios le ordena que le aparte algunos sacrificios:” … Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves…”. ¿Había una razón en particular para que Abraham no partiera las aves que presentó en sacrificio? El libro de Levítico escrito 430 años después de este evento, en el capítulo 1, desde el versículo 14 al 17, encontramos la forma de hacer un sacrificio de aves delante de Dios, y en donde la ley ordena que las aves presentadas en sacrificio ¡NO SE DIVIDEN!
    Todos estos pasajes citados nos hacen ver con claridad que LA LEY DE DIOS HA EXISTIDO POR SIEMPRE.

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  6. Los Panes sin Levadura que Lot les ofreció a los ángeles que le visitaron es otra prueba (Génesis 18:4-8). Este tipo de pan, como todos lo sabemos, no era común su uso; era parte del formulismo de la Fiesta Solemne de los Ázimos como se declararía ciento de años más tarde en el libro de Levítico, capítulo 23. Estos mismos ángeles que estuvieron con Lot, primero estuvieron con Abraham (Génesis 19:3) y este no les ofreció Panes sin Levadura; sin lugar a duda, porque no era el tiempo de consumirlos. ¿Por qué Lot obró de esta manera? Porque sabía Lot cuando era el tiempo de consumir los Panes sin Levadura, aun cuando todavía faltaba más de 400 años para que Dios entregara la Ley en el Monte Sinaí. En el libro de Levítico se lee el formulismo de este Festividad: “…En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová. Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura. El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis…” (Levítico 23:5-7). Si Lot pudo cumplir este mandato de Dios se infiere que tenía conocimiento previo respecto a cuándo y cómo debía celebrar esta festividad, fecha que coincidió con la visita de los ángeles.
    Podemos observar el caso de José, cuando la esposa de Potifar le dijo que durmiera con ella; pero José respondió: “¿Como, pues haría yo este gran mal, y pecaría contra Dios?”. ¿Conocía José la Ley de Dios? José dijo que no pecaría contra Dios. Si él pecaba inmediatamente infringía la ley, pues el pecado es transgresión de la ley (1ª Juan 3:4). Es decir, José conocía las implicaciones de la desobediencia, por lo tanto, tenia de manifiesto los principios de la ley de Dios.
    Si hemos podido leer en las propias Escrituras que ellos obraron de acuerdo a la ley de Dios, antes de los días de la revelación en el Monte Sinaí, debemos entender que la Ley de Dios, ha existido por siempre, no solo a partir de Israel, los hechos citados lo confirman absolutamente.

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  7. Vemos esto más dramáticamente en la destrucción de Sodoma y Gomorra, las que el apóstol Pedro presentó como “ejemplo a los que habían de vivir impíamente” (2a Pedro 2:6). Los Sodomitas fueron condenados por conducirse de manera contraria a la Ley de Dios; esto fue cientos de años antes de la promulgación de Su Ley en el Sinaí. Dios tuvo a los hombres de Sodoma como responsables a lo que Su Ley, por medio de Moisés, posteriormente declararía en el libro Levítico 18:22.
    Respecto a la idea errónea de que Ley de Dios tenía valor solo para Israel, podemos citar el profeta Amós que inició su profecía con una serie de acusaciones divinas (“por tres transgresiones, y por cuatro”) contra las naciones Gentiles que rodeaban a Judá (Amós 1:3– 2:3) – representadas por Damasco, Gaza, Tiro, Edom, Amón y Moab. En cada caso los Gentiles fueron condenados por brutalidad y crueldad (lo que en sí mismo transgrede la santidad de Dios al complacerse en la malicia que la Ley de Dios prohíbe en Levítico 19:14; 17:18; Deuteronomio 27:18). Nótense tres ilustraciones concretas. Amón condenó a los Gentiles (1:6) por involucrarse en el tráfico de esclavos, lo cual está prohibido en la ley de Moisés (Éxodo 21:16; Deuteronomio 24:7). La ley de Moisés otorga protecciones especiales a las mujeres embarazadas (Éxodo 21:22-23), sin embargo, los Gentiles violan este principio moral al hacer pedazos a las mujeres embarazadas, por lo cual llegaron a estar bajo la condenación profética (Amós 1:13). De igual manera Amós condenó a los Gentiles por la violación de cadáveres, y al hacer esto desobedecen la enseñanza de la ley de Moisés de que hasta los cuerpos de los criminales condenados han de ser tratados con respeto (Deuteronomio 21:23).
    La predicación y ministerio de Juan el Bautista es otro ejemplo. En Marcos 6:18 Juan explícitamente condenó al Gentil Herodes por su violación de la Ley de Moisés, en particular por transgredir las restricciones de la Ley sobre las medidas del matrimonio aceptable. Herodes Antipas era un Gentil (un Idumeo) quien se casó con la esposa de su medio hermano Felipe. Juan el Bautista confrontó abiertamente este pecado declarando “no te es lícito tener la esposa de tu hermano”. Las palabras de Juan señalan que la conducta de Herodes es contraria a lo que es “lícito,” a pesar del hecho de que él era un Gentil; porque Juan sabía lo que Dios había decretado: "Un mismo estatuto tendréis vosotros de la congregación y el extranjero…será estatuto perpetuo por vuestras generaciones; como vosotros, así será el extranjero…Una misma ley y un mismo decreto tendréis, vosotros y el extranjero…" (Números 15:15-16). La palabra que se traduce como “extranjero” proviene de la palabra hebrea ger, que significa “todo el que no es judío”.
    Si bien es cierto, el pueblo judío ha permitido que esta forma de servir a Dios sea conocida por toda la humanidad; ellos en esencia no han creado absolutamente nada; aunque ellos recibieron el legado (Romanos 9:4) ni siquiera por esto esta forma de Adoración fue privativa del pueblo judío (Éxodo 12:48 y 49; Isaías 56:1-6).

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  8. El libro de Levítico, en el capítulo 23, donde aparece las Ordenanzas del Culto, comienza su relato de la siguiente manera:” … Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas…”. Todas estas ordenanzas divinas comenzaron a ser cambiadas por mandamientos de hombres, que, tal como lo señaló nuestro Señor Jesús, a nada bueno nos conducirían. A partir de finales del siglo I cuando la iglesia romana cambió el Sábado santo por el domingo, asunto que fue oficializado el 7 de marzo del 321, cuando el emperador romano Constantino I el Grande decretó que el domingo (el día del Sol) fuera considerado como el principal día de la semana, en reemplazo del sábado, esta transgresión a Las Leyes de Dios continuó en el Concilio de Nicea en el año 325, donde se cambió el sentido de la Pascua como una conmemoración a la resurrección de Jesús y no a su muerte como Él lo había determinado. En 1ª Corintios 11:23-26, el apóstol Pablo relata los últimos momentos del Señor, antes de ser crucificado; y recuerda que Jesús, luego de lavar los pies de sus discípulos, habiendo repartido el pan y el vino en su última Pascua, les ordena “Haced esto en Memoria de Mi…todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga…” (Ver Lucas 22:14.20; Juan 13:3-5).
    En el Concilio de Nicea se comenzó la erradicación del Culto Verdadero en primera instancia hasta el Concilio Laodicea en el 363 y 364 donde se determinó excluir de la liturgia romana todo lo que tuviera que ver con lo que ellos llamaron “Leyes Judías”, hasta el día de hoy.

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  9. Como lo apunté anteriormente, no existen leyes inventadas por los judíos, ni leyes inventadas por Moisés. Las Escrituras son claras en este aspecto: LAS LEYES SON DE DIOS, existen desde la misma aparición de género humano en el planeta (Salmo 119:142) y la función de Moisés relativa a la propagación de la ley se limita a lo señalado en Éxodo capítulo 34:27, “…Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel…”. MOISÉS NO INVENTO NINGUNA LEY; él escribió la revelación que Dios le entregó, “Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos, y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley” (Nehemías 9:13-14).
    Como está escrito, los que defienden la Ley de Dios tendrán que contender con los que la anulan y la menosprecian. Proverbios 28:4, dice: “Los que abandonan la ley alaban a los impíos, pero los que guardan la ley contenderán con ellos”. Sépase que aquellos que enseñan a otros a no obedecer la ley, están cavando su propia fosa. Leemos en Proverbios 28:9-10, que: “El que aparta su oído para no oír la ley, aun su oración es abominable. El que hace errar a los rectos por el mal camino, él caerá en su propia fosa; pero los íntegros heredarán el bien”. En 1ª Juan 5:2-3, podemos leer: “En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos…”. El mismo Señor Jesús declaró: “Si me amáis, guardad mis mandamientos; Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre” (Juan 14:15-16).
    Jesús no abrogó ni la “Ley ni los Profetas”. La Ley de Dios no puede ser abrogada porque:
    1) La Ley de Dios es eterna (Salmos 119:89,142), y existe porque Dios existe,
    2) La Ley de Dios es perfecta (Salmos 19:7) porque:
    a) La Ley de Dios es la revelación de su voluntad (Mateo 7:21; Juan 6:38),
    b) La Ley de Dios es una expresión de su carácter (Mateo 5:48), que es perfecto porque Dios es justo y misericordioso al mismo tiempo (Salmo 116:5; 145:17),
    c) La Ley de Dios es una expresión de la naturaleza santa de Dios (1 Pedro 1:15-16; Levítico 11:44-45).
    Dios es perfecto desde la eternidad, al igual que su Ley. Si los mismos ángeles están sujetos a la Ley de Dios (Salmos 148:1-6), ¿cómo podemos llegar a pensar que la Ley se estableció en el Sinaí solamente para los judíos? Dios no estableció la Ley solo para los judíos, ni siquiera solo para este mundo, sino que la estableció para todo ser superior de su creación. La Ley de Dios ha existido siempre y es eterna, es el fundamento del gobierno de Dios en el cielo y en la tierra (Salmos 97:2; Salmo 89:14). La Ley de Dios es inmutable (Mateo 5:17-19) porque Dios no cambia (Santiago 1:17).
    La conclusión entonces es simple. Existen las Escrituras al alcance de nuestra mano. Si las ordenanzas o mandamientos son de Dios, no tienen discusión porque nadie puede añadir ni quitar a lo ordenado por El. Y son ordenanzas para todo su pueblo: Israel. Sean judíos o gentiles. ¡La ordenanza es SOLO UNA!

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  10. El apóstol Pablo describe la forma de La Adoración, establecida por Dios en el Monte Sinaí, en el capítulo 9 de la carta a Los Hebreos, con las siguientes palabras: “… el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal…”. Del Santuario terrenal, regido por “La Ley de Los Sacrificios por el Pecado”, el apóstol Pablo señala: “… Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto … ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas…” (Hebreos 9:9-10). El tiempo de reformar las cosas como lo explica la carta, se cumpliría estando presente nuestro Señor Jesucristo (Hebreos 9:11). La visión de Pablo es que durante el Primer Pacto la forma correcta de adoración tenía una estructura dual obligatoria, las ordenanzas respecto a cuándo hacerlo (las Ordenanzas de Culto) inscrita en Levítico 23, y en qué condiciones hacerlo (Santuario Terrenal o Ley de los Sacrificios por el Pecado, Números 28 y 29).
    En la fiesta de Cabañas o Tabernáculos, por ejemplo, las Ordenanzas de Culto determina: “…A los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos a Jehová por siete días. El primer día habrá santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. Siete días ofreceréis ofrenda encendida a Jehová; el octavo día tendréis santa convocación…” (Levítico 23:34-44).
    La Ley del Santuario Terrenal o Ley de los Sacrificios por el Pecado, que la podemos leer en Números 29, dan cuenta de más de 169 animales sacrificado por el pueblo en el Tabernáculo, más sus respectivos presentes y libaciones.
    A partir del punto en que Jeremías y Esdras finalizan su relato respectivo, en los libros de Reyes, los libros de Crónicas, Esdras y Nehemías continúan el hilo de la historia de Israel, en sus escritos. Su aportación es de inapreciable valor, dada la escasa documentación disponible acerca del período siguiente al decreto de Ciro. Fue entonces cuando no solo regresaron muchos desterrados a Jerusalén, sino que allí restablecieron el culto; este es el tenor del relato del capítulo 6 de Esdras en el versículo 4 dice lo siguiente: “… Celebraron asimismo la fiesta solemne de los tabernáculos, como está escrito (en la Ordenanza de Culto) y holocaustos cada día, por cuenta; conforme al rito, cada cosa en su día (según La Ley de los Sacrificios) …”. El relato textual de este versículo deja en claro la cualidad dual de la forma de adoración durante el periodo del Primer Pacto, y la mayoría de las cartas de Pablo apuntan a esclarecer esto en la mente de quienes estaban titubeando respecto al fin de las leyes que tenían que ver con la santificación de la carne; donde también estaba incluida La Ley de Circuncisión como marca de nacionalidad. Desde esta perspectiva, recordemos que todos aquellos sacrificios y lavamientos que contenía La Ley de los Sacrificios por el Pecado fueron, durante el Primer Pacto, sombra del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo; y se dejaron de ofrecer cuando se hizo presente El Sacrificio Divino que ellos simbolizaban. Pero las Ordenanzas del Culto, la otra parte que complementaba la Adoración instituida por Dios para el período del Primer Pacto, nunca tuvieron el mismo carácter. La lectura de las Ordenanzas de Culto, bajo el carácter de Estatutos Perpetuos en virtud de ser “sombra de los bienes venideros” nos indica su durabilidad hasta que su simbología implícita se convierta en realidad; lo que todavía no ha acontecido.

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  11. Muchos líderes religiosos enseñan a las personas que la Ley quedó clavada en la cruz, las Ordenanzas del Culto y las “Leyes de Moisés” ya no tienen valor, pero en muchas iglesias, sacerdotes y pastores, viven con sueldos de grandes profesionales usufructuando de La Ley de los Diezmos y Las Ofrendas que ellos mismo han clavado en la cruz.
    El Apóstol Pablo, en varias de sus cartas, es quién define con mayor claridad este concepto, impulsado por un asunto puntual que en su momento se dio en el seno de la Iglesia Primitiva a raíz de una corriente de judíos conversos enviados de Jerusalén; que estando en Antioquía, enseñaban la circuncisión en la carne, como requisito para que los gentiles pudieran integrarse a la Iglesia (Gálatas 2: 11-14). Habiendo ya muerto nuestro Señor Jesucristo, eso significaba un desprecio al valor de su sacrificio y esto es lo que expone Pablo en el capítulo 5:2- 3, de la carta a los Gálatas; “… He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley…”. Vale decir, si algún gentil entraba en la circuncisión debería continuar observando La Ley de los Sacrificios, que antes de la muerte de Cristo, permitía alcanzar la justificación de los pecados a través del sacrificio de animales. De este conflicto surgieron las citas bíblicas que hablan de que “…Por gracias sois salvos por la fe…”. “…el justo por la Fe vivirá…” las mismas que, siglos más tarde usaría Martín Lutero en sus 95 Tesis contra la Iglesia de Roma.
    Para cualquier estudiante de las Escrituras que se precie, es importante tener claro que cuando Pablo escribió sus cartas nunca tuvo como propósito enseñar que por el solo hecho de creer en Cristo se alcanzaba la salvación; giro que le dio el mundo cristiano a sus escritos, luego que el monje agustino Martín Lutero los usara en su ataque a la venta inmoral de indulgencias por parte de la curia romana que recrudecía en los días del Papa Alejandro VI (Rodrigo de Borgia), que coincidió con el tiempo cuando Lutero estuvo en Roma. Ahora bien, al consultar a algún cristiano respecto a qué es la Fe, la mayoría entiende la Fe como el acto de creer en Dios, sin embargo, la carta del apóstol Pablo a Los Hebreos en el capítulo 11 comienza a correr la nebulosa que oculta esta gran Verdad Bíblica cuando comienza diciendo: “…Es, pues, la fe la certeza de lo que se, la convicción de lo que no se ve…”. Podemos deducir que para que cada cristiano alcance ese gran propósito que es la Salvación; La Fe es el elemento principal donde descansa la posibilidad de alcanzar la meta. Entonces al comprender lo que enseñó el apóstol en el capítulo 11 de Hebreos está claro cómo opera la fe, sin embargo, cuatro años antes de la carta de Pablo a los Hebreos, el apóstol Judas hermano del apóstol Santiago y del Señor Jesús, viendo ya desatada la apostasía escribe una carta donde el fondo nos da la pauta para que quede absolutamente claro qué es La Fe. Veamos el versículo 3 de la carta citada: “…Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos…”. Si meditamos con atención en esta declaración, nos podemos dar cuenta que cuando el apóstol se refiere a La Fe, no habla de ella como algo abstracto y esto nos llama a escudriñar todo este texto en su mérito. Se deduce que cuando nos llama a contender por la Fe, es decir, pelear por ella, es que él siente la Fe amenazada, por algunos que están corrompiendo esto que una vez les fue dado a los santos.

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  12. Con todas estas citas revisadas, ahora tenemos claro lo que realmente debemos comprender acerca del significado del término La Fe; recapitulemos esto ahora: Gramaticalmente se entiende por fe, el conjunto de dogmas con los que diferentes grupos religiosos pretenden honrar a Dios; lo que no se contradice con lo que expone el apóstol Pablo cuando escribe en la carta a los Romanos en el capítulo 14:22, donde señala a todos lo que tratamos de allegarnos a Dios, lo siguiente:” … ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios…”, para luego agregar: “… Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba …”, advertencia absolutamente coherente con lo que escribe cuatro años más tarde donde le explica a la Iglesia de Éfeso, y que también nos alcanza donde llama la atención escribiendo que uno es el Señor, uno es el Bautismo y una es La Fe (Efesios 4:5).

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  13. En la teología cristiana, cuando se quiere dar una sustentación a la enseñanza de que la ley de Dios no es para los gentiles convertidos, se acude a Hechos 15, llamado por los traductores de la Biblia "El concilio de Jerusalén", para enseñar entonces que "solo 4 requisitos" son necesarios que cumplan los gentiles, una vez se hacen creyentes en Jesús. Pero ¿es esto cierto?
    ¡El capítulo 15 comienza entonces con unos judíos que vienen de Judea y enseñando que los gentiles tenían que circuncidarse para ser salvos! (Hechos 15:1). Pablo, y Bernabé después de discutir el asunto, deciden entonces ir a Jerusalén para aclarar finalmente el asunto de los gentiles, y tomar las decisiones finales.
    Es importante entender dentro del contexto, tal como dice Pablo en el capítulo 2 de Efesios, los gentiles estaban sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Los Gentiles vivían desconociendo lo ordenado a Israel.
    Hechos 15:1, "Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos…"
    LA IMPORTANCIA DE LA CIRCUNSCISION
    Génesis 17: 9-10. "Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros". Dios hizo un pacto con Abraham. Tanto el, como sus descendientes varones tienen que ser circuncidados. Esta es la razón por la que los de Judea afirmaban que los gentiles no podían pertenecer a Israel si no estaban circuncidados. ¡No era invento de hombres, ERA ORDEN DE DIOS!
    ¿Qué es entonces lo que sustenta Pablo para estar en desacuerdo con ellos? Pablo entendía muy bien la importancia de la Circuncisión, pero sabía también que tras la muerte de nuestro Señor; la circuncisión en la carne había sido relevada por la circuncisión del corazón con la remoción de los pecados en el Bautismo (Colosenses 2:11-12). El profeta Jeremías había dicho: " Circuncidaos A Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras…" (Jeremías 4:4). En el libro de Deuteronomio 30:6, leemos "Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas".

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  14. padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos". ¿A qué se refieren estas palabras? Analicemos las frases finales. ¡Pedro está afirmando que los gentiles son salvos por la gracia de Jesús! En otras palabras y dentro del contexto hebreo y de las Escrituras, lo que Pablo está diciendo es: Los gentiles pueden ser parte del pueblo escogido por Dios, POR LA GRACIA DE Jesús. Pedro añade algo muy importante, dice: "…un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos". ¿A qué se refiere Pedro? Pedro sabia como cualquiera que conociera la Ley, que una misma regulación había para el Israelita y para el extranjero que viniera a ser parte de Israel: " Un mismo estatuto tendréis vosotros de la congregación y el extranjero que con vosotros mora; será estatuto perpetuo por vuestras generaciones; como vosotros, así será el extranjero delante de Jehová. Una misma ley y un mismo decreto tendréis, vosotros y el extranjero que con vosotros mora" (Números 15:15).
    Aclaremos esto un poco más. Ezequiel 36: 24-27, dice: " Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra". ¡El “yugo” al que se refiere Pedro es la dificultad de agradar a Dios sin la presencia del Espíritu Santo que es QUIEN HACE QUE ANDEMOS EN SUS MANDAMIENTOS Y LOS PONGAMOS POR OBRA! ¡Pedro entonces está afirmando que la promesa del Espíritu para poder obedecer sin dificultad es tanto para judíos, como para gentiles!
    Hechos 15:12-14, "Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre". De nuevo la afirmación de que solamente después de haber sido revelado a Pedro por el Espíritu Santo que debía ir a los gentiles (Hechos 10) ellos, los Gentiles, ¡fueron visitados por Dios POR PRIMERA VEZ para permitir que los Gentiles pudiéramos por su gracia ser parte del pueblo de Israel!

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  15. Hechos 15:15-18, "Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos". ¿Las palabras de Jacobo “y con esto concuerdan” … a que se refieren? Jacobo está hablando de la promesa dada a los Gentiles desde la antigüedad, de que también la luz les resplandecería.
    Hechos 15:19-20, "Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre". Noten entonces la conclusión del discurso de Jacobo: Una vez explicado que la presencia de gentiles recibiendo el mismo Espíritu, les sugiere que inicialmente se les exija a los Gentiles al menos 4 mandamientos de la Ley de Dios, escritos en Levítico 17 y 18: "…que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre”.
    Lo primero que tenemos que tener en mente es que los Apóstoles y los Ancianos, como observantes de la Ley, no podían establecer normas diferentes para Gentiles y Judíos, de acuerdo al capítulo 15 del libro de Números, versículos 15 y 16, que dice: "Un mismo estatuto tendréis vosotros de la congregación y el extranjero que con vosotros mora; será estatuto perpetuo por vuestras generaciones; como vosotros, así será el extranjero delante de Jehová. Una misma ley y un mismo decreto tendréis, vosotros y el extranjero que con vosotros mora". Entonces, ¿por qué solamente estos 4 mandamientos de la Ley? Nadie puede pertenecer al pueblo de Dios sin santidad…Y santidad es obediencia a los mandamientos de Dios. Éxodo 19:5-6, dice: "Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel".
    He aquí el gran detalle. Hechos 15:21:"…Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo". La Versión Reina Valera 1909 dice: "…Porque Moisés desde los tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien le predique en las sinagogas, donde es leído cada sábado". Es muy claro el contexto de este versículo. Los apóstoles proponen que, a los gentiles, para demostrar su sinceridad, se les exija en primera instancia el cumplimiento de los 4 mandamientos explicados, PORQUE CADA SABADO, ELLOS TENDRIAN LA OPORTUNIDAD DE APRENDERAN EL RESTO DE LA LEY. Los discípulos sabían que los Gentiles injertados en Israel cada Sábado iban a estudiar la porción correspondiente, de tal manera que en un año aprenderían la Ley completa! Entonces se les debe permitir ir a las sinagogas ya que, al abstenerse de estos cuatro requisitos, no profanarían la mesa de convivencia. Y entonces pueden comenzar a guardar el resto de la Ley poco a poco.

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  16. Hechos 15: 28-31, "Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien. Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta; habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación…". De nuevo los apóstoles resumen la decisión final del concilio, exponiendo los 4 mandamientos iniciales, necesarios para ser parte de Israel. Y noten algo muy interesante:”¡LOS GENTILES SE REGOCIJARON CON LA NOTICIA!", entregaron la carta; habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación".
    ¿Qué diferencia al creyente de hoy verdad? Muchas personas que escucharon el llamado de Dios en este tiempo, cuando escuchan la palabra "mandamientos" o "Ley", se devuelven corriendo a los maestros que les aseguren que hoy pueden vivir y comer como los paganos porque existe la gracia. ¿Dónde quedaron los creyentes gentiles de la época de Pablo que se regocijaron con el cumplimiento de la Ley de Dios? Creo que ellos si entendían el verdadero sentido de los siguientes versículos del Salmo 119: “!!Ojalá fuesen ordenados mis caminos Para guardar tus estatutos! Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese a todos tus mandamientos. Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos. En tus mandamientos meditaré; Consideraré tus caminos. Me regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré de tus palabras. Abre mis ojos, y miraré Las maravillas de tu ley. Forastero soy yo en la tierra; No encubras de mí tus mandamientos. Reprendiste a los soberbios, los malditos, que se desvían de tus mandamientos”.

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  17. Muchos cristianos en esta época puedan inventar sus propias definiciones que toleran violaciones a la Ley de Dios. La Biblia dice que el pecado es la violación de la Ley (1ª Juan 3:4); la ley que ha sido descrita como irrelevante y pasada de moda por muchos teólogos modernos.
    Con qué facilidad podríamos evitar la confusión si aceptamos exactamente lo que dice la Biblia. Pablo da su propia explicación a su declaración. Como mencionamos en un párrafo anterior, después de afirmar que no estamos bajo la ley sino bajo la gracia, se pregunta, "¿Qué, pues?" Esto significa simplemente, "¿Cómo vamos a entender esto?" Entonces note su respuesta. En previsión de que algunos interpretarían sus palabras en el sentido de que se puede quebrantar la ley porque están bajo la gracia, dice, "¿Perseveraremos en el pecado (quebrantar la ley) porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia? En ninguna manera”. En el lenguaje más fuerte posible Pablo afirma que el estar bajo la gracia no nos da licencia para quebrantar la Ley. Sin embargo, esto es exactamente lo que millones de personas creen hoy, tanto que ignoran totalmente la advertencia específica de Pablo.
    Supongamos que un asesino ha sido condenado a muerte en la silla eléctrica. Durante la espera para la ejecución el hombre realmente estaría bajo la ley en todos los sentidos de la palabra en virtud de la culpa, en virtud de la condena, bajo la pena de muerte, etc. Justo antes de la fecha de ejecución el juez revisa el caso del condenado y decide perdonarlo. A la luz de las circunstancias atenuantes el juez ejerce su prerrogativa y envía un perdón total al prisionero. Ahora él ya no está bajo la ley sino bajo la gracia. La ley ya no lo condena. Se le considera totalmente justificado con relación a los cargos de la ley. Él es libre de salir de la prisión y ningún policía puede poner las manos sobre él. Pero ahora que está bajo la gracia y ya no bajo la ley, ¿podemos decir que está libre de quebrantar la ley? ¡Por supuesto que no! De hecho, ese perdonado `hombre será doblemente obligado a cumplir la ley porque ha hallado gracia del juez. En gratitud y amor será muy cuidadoso en honor a la ley de ese Estado que le concedió la gracia. ¿Es eso lo que la Biblia dice acerca de pecadores perdonados? "¿Luego invalidamos la ley por la fe? De ninguna manera: sí, sino que confirmamos la ley "(Romanos 3:31). Aquí está la respuesta más explícita a todo el problema. Pablo pregunta si la ley es anulada por nosotros sólo porque hemos tenido fe en la gracia salvadora de Cristo. Su respuesta es que la ley se establece y se refuerza en la vida del cristiano salvo por la gracia.

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  18. Los cristianos necesitan saber que la gracia no es una licencia para pecar – para transgredir la Ley de Dios. La gracia es sólo la condición de alguien cuya deuda de pecado ha sido pagada, por lo que la Ley ya no tiene motivo contra él. La definición de pecado no ha cambiado, ni Dios jamás ha dado al hombre el derecho de redefinir el pecado. Dios nos ha dado Su Ley para que nos dé el conocimiento del pecado, si nos tomamos el tiempo para estudiarla. Una vez que sabemos y entendemos la Ley, la conciencia puede discernir la forma de aplicar la Ley de Dios adecuadamente a la vida personal de cada uno.
    Muchos predicadores llevan décadas invitando a las personas a dejar el pecado, sin embargo, no enseñan la definición bíblica de pecado. 1ª de Juan 3:4, dice que pecado: “…es la trasgresión de la Ley de Dios…”. Sin embargo, el mundo cristiano enseña de la salvación por “fe y por Gracia” pero no explican a qué formas de fe se refieren y se jactan de la Gracia como un indulto eterno, desconociendo voluntariamente lo que enseña Dios al respecto:“…Por cuanto todos pecaron, y estás destituidos de la gloria de Dios… siendo justificados gratuitamente por su Gracia, por la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre; para manifestar su justicia, a causa de HABER PASADO POR ALTO, EN SU PACIENCIA, LOS PECADOS PASADOS” (Romanos 3:23-25). Cuesta creer que ministros colegiados no comprendan esta declaración tan clara: La Gracia, es el don de Dios, que mediante el derramamiento de la sangre de nuestro amado Salvador permite que sean perdonados NUESTROS PECADOS PASADOS. ¿Significa eso que la ley ha sido eliminada? ¿Significa eso que ahora podemos seguir pecando todo lo que queramos? ¿Significa eso que podemos matar y robar y cometer adulterio? Pablo responde: “¿Qué diremos, pues? ¿Perseveraremos en el pecado (transgrediendo la Ley de Dios) para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” …Pues, ¿qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!” (Romanos 6:1-2,15).
    Lo triste de esto es que muchos utilizan la gracia con una licencia para pecar, pues hay quienes piensan que la Gracia de Dios permite que no estemos bajo ninguna Ley. Es igual que cuando un ladrón fue encarcelado por robar, paso muchos años de su vida en esa cárcel horrible, pero luego fue perdonado, pero al regresar al pueblo, volvió a robar nuevamente, ¿Acaso no bastó todo el tiempo de cárcel?, ¿Acaso era un excelente lugar para pasar muchos años de su vida?, ¿Qué era lo mínimo que se esperaba de él, al ser perdonado?, si, se esperaba que no robara más.

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