Libres de la Ira Venidera (de la Gran Tribulación)
En las Epístolas a los Tesalonicenses Pablo nos habla mucho de las doctrinas escatológicas. Podemos encontrar las características de la gente de ese tiempo, de la inminencia de la segunda venida de Cristo, del Arrebatamiento de la iglesia, de la Gran Tribulación, del Anticristo, y lo que vamos a ver ahora, de la promesa que la iglesia no pasaría por la Gran Tribulación.
1 Tesalonicenses 1:10 Biblia Expandida
10 y esperar confiadamente la venida de Su Hijo de los cielos, al cual resucitó de entre los muertos, es decir, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
Cuando hablo con gente de los grupos que creen que la Gran Tribulación fue solo fue para los judíos acerca de este pasaje. ellos me dicen que era un hecho que la ira venidera se refería al 70 DC porque la iglesia de Tesalónica era una iglesia judía, y Dios los iba a librar de los horrores de la "Gran Tribulación" que ocurriría con la destrucción de Jerusalén y de su Templo.
Primero quiero mostrar que ese pasaje muestra dos cosas, la inminencia de la venida de Jesús, y la liberación de los creyentes de la Gran Tribulación.
Dice que debemos esperar la venida de Jesús del cielo; no de un acontecimiento en la tierra como el que ocurrió en 70 DC, sino que nuestros ojos deben estar puestos en Jesús. Pablo no dice: "Esperen que el templo de Jerusalén sea destruido y sabrán que Jesús viene".
No, debían esperar a Jesús de los cielos.
En Hechos 1 vemos algo interesante:
Hechos 1:9-11
9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,
11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
Ellos vieron a Jesús con sus ojos físicos irse al cielo entre las nubes, y de la misma manera volverá.
Lo segundo que él nos dice es que Jesús nos libra de la ira venidera; y él está hablando de la Gran Tribulación.
Es ilógico pensar que es iba a librar porque estaban en otro lugar. Era evidente que estaban en Tesalónica y no en Jerusalén. Y además no tenían que estar en Jerusalén porque eran gentiles y no judíos.
Veamos un momento el libro de Apocalipsis:
Apocalipsis 3:10
10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
Este es otra promesa de que los creyentes serían librados de la Gran Tribulación.
A los largo de la Biblia podemos ver que Dios siempre ha librado a los suyos de momentos de gran destrucción; Jesús dijo que eso pasó con Noé en el diluvio y con Lot en la destrucción de Sodoma y Gomorra (Lucas 17:26-30).
Asi como fue en el pasado, así será en el futuro, Dios librará a los creyentes de la Gran Tribulación.
Pero una persona de estos grupos me dirá: "Ricardo, eso no es cierto porque la iglesia era judía, y Pablo le hablaba a los judíos".
Nada más lejos de la verdad; vayamos mas adelante al 2:14 para demostrar que la iglesia de Tesalónica era gentil.
1 Tesalonicenses 2:14 (Biblia Expandida)
14 Porque ustedes, hermanos, (siguieron el ejemplo y) llegaron a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea, porque también ustedes padecieron los mismos sufrimientos y persecuciones a manos de sus propios compatriotas, tal como ellos padecieron a manos de los Judíos.
Evidentemente Tesalónica era una iglesia gentil, y dice que habían sufrido los mismos sufrimientos que los cristianos judíos, por mano de sus compatriotas.
Si no eran judíos, y no estaban en Jerusalén, es totalmente ilógico pensar que iban a ser librados de los acontecimientos que iban a pasar en Jerusalén unos años después.
Entonces vemos que la protección de la ira venidera no tiene que ver con lo que le pasó a los judíos en 70 DC; sino que nos habla de otro acontecimiento futuro, que en otras partes de la Biblia lo llama "La Gran Tribulación".
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