Recientemente hubieron elecciones en el Perú y con gran sorpresa vi que muchos cristianos, incluso pastores, votaron alegremente por el comunismo, a pesar que el líder del partido dijo que la religión es el enemigo a vencer.
El comunismo siempre ha sido enemigo del cristianismo y en este post les quiero recordar la persecución y los asesinatos de los líderes cristianos y de los cristianos general, se dice que murieron entre 12 y 20 millones, en la Unión Soviética, o la Rusia Comunista, para que vean a lo que se exponen por su loca decisión.
Persecución a los cristianos en la Unión Soviética
A lo largo de la historia de la Unión Soviética (1922-1991), hubo períodos en los que las autoridades soviéticas suprimieron y persiguieron diversas formas de cristianismo, en diferentes grados dependiendo de los intereses del Estado. La política marxista-leninista soviética defendió consistentemente el control, la supresión y, en última instancia, la eliminación de las creencias religiosas, y alentó activamente el ateísmo en la Unión Soviética. Sin embargo, la mayoría de las religiones nunca fueron oficialmente prohibidas.
El estado abogó por la destrucción de la religión y declaró oficialmente que las creencias religiosas eran supersticiosas y atrasadas.
El Partido Comunista destruyó iglesias, sinagogas, mezquitas y templos budistas; ridiculizó, acosó, encarceló y ejecutó a los líderes religiosos, inundó las escuelas y los medios con enseñanzas antirreligiosas, e introdujo un sistema de creencias llamado ateísmo científico, con sus propios rituales, promesas y divulgadores. El número total de cristianos asesinados se estima entre los 12-20 millones.
Las creencias y prácticas religiosas persistieron entre la mayoría de la población, en las esferas doméstica y privada, pero también en los espacios públicos dispersos permitidos por un estado que reconoció su fracaso para erradicar la religión y los peligros políticos de una guerra cultural implacable.
El régimen soviético tenía el compromiso ostensible de aniquilar por completo las instituciones y las ideas religiosas. La ideología comunista no podía coexistir con la influencia continua de la religión ni siquiera como entidad institucional independiente, por lo que "Lenin exigió que la propaganda comunista empleara militancia e inflexibilidad hacia todas las formas de idealismo y religión", y eso se llamó "ateísmo militante". "Militante" significaba una actitud intransigente hacia la religión y el esfuerzo de ganar los corazones y las mentes de los creyentes a partir de una filosofía falsa. El ateísmo militante se convirtió en el centro de la ideología del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y una política de alta prioridad de todos los líderes soviéticos. Se consideraba que los ateos convencidos eran individuos políticamente más perspicaces y virtuosos.
El estado estableció el ateísmo como la única verdad científica. Las autoridades soviéticas prohibieron la crítica al ateísmo y el agnosticismo hasta 1936 o a las políticas antirreligiosas del estado; tales críticas podrían dar lugar a la jubilación forzada.
La ley soviética nunca prohibió oficialmente las creencias religiosas, y las diversas constituciones soviéticas siempre garantizaron el derecho a creer. Sin embargo, desde que la ideología marxista tal como la interpreta Lenin y por sus sucesores, consideraban la religión como un obstáculo para la construccón de una sociedad comunista; poner fin a toda religión (y reemplazarla por ateísmo), se convirtió en un objetivo ideológico de fundamental importancia para el estado soviético. La persecución de la religión se llevó a cabo oficialmente a través de muchas medidas legales diseñadas para obstaculizar las actividades religiosas, a través de un gran volumen de propaganda antirreligiosa y mediante la educación. En la práctica, el estado también buscó controlar a los grupos religiosos e interferir con ellos, con el objetivo final de hacerlos desaparecer. A estos efectos, el estado buscó controlar las actividades de los líderes de las diferentes comunidades religiosas.
El Partido Comunista a menudo rechazaba la idea de tratar a todos los creyentes religiosos como enemigos públicos, en parte debido a consideraciones pragmáticas (dada la gran cantidad de personas que adherían a una fe) y también en parte por la certeza de que el número de creyentes incluía muchos leales ciudadanos soviéticos a quienes las autoridades deberían convencer de convertirse en ateos en lugar de atacarlos directamente.
Los creyentes religiosos siempre se encontraron sujetos a propaganda antirreligiosa y legislación que restringía la práctica religiosa. Con frecuencia sufrieron restricciones dentro de la sociedad soviética. Raramente, sin embargo, el estado soviético los sometió oficialmente a arresto, encarcelamiento o muerte simplemente por mantener creencias. En cambio, los métodos de persecución representaron una reacción a la percepción, (real o imaginaria), de la resistencia de los creyentes a la campaña más amplia que el estado llevaba en contra de la religión.
La campaña fue diseñada para difundir el ateísmo. Los actos de violencia y las tácticas terroristas desplegados, mientras que casi siempre se justificaban oficialmente como una respuesta a actos de resistencia al estado, estaban orientados no solo a frenar la oposición, sino a fomentar la supresión de la religión, con el objetivo final de propagar el ateísmo.
Tomado de Wikipedia
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